Está dirigido al 15%-20% de tumores que tienen alterada la proteína EGFR

Un médico revisa una radiografía de los pulmones (GETTY IMAGES/ISTOCK PHOTO)

JOSEP CORBELLA
Chicago. Enviado especial

Un fármaco que inhibe una proteína mutada en algunos casos de cáncer de pulmón reduce la mortalidad a la mitad en los pacientes que tienen esta mutación, según resultados de un ensayo clínico internacional presentados en el congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica que se celebra en Chicago.

Estos resultados, que suponen la mayor reducción de mortalidad jamás registrada en el campo del cáncer de pulmón, muestran cómo terapias dirigidas contra alteraciones de los tumores están haciendo evolucionar la oncología hacia tratamientos más eficaces para grupos concretos de pacientes.

En este caso el tratamiento se ha dirigido contra la proteína EGFR, que provoca una proliferación descontrolada de las células en un 15%-20% de los casos de cáncer de pulmón en Europa y un 30%-40% de los casos en Asia.

Las alteraciones de EGFR son el tipo de mutación más común en cánceres de pulmón en personas no fumadoras, informa Margarita Majem, oncóloga del hospital de Sant Pau en Barcelona y coautora del ensayo clínico. Son menos frecuentes en personas que han fumado porque han acumulado una gran cantidad de mutaciones distintas causadas por el tabaco. Por motivos que se desconocen, las mutaciones de EGFR también son más comunes en mujeres que en hombres.

En el ensayo clínico han participado 682 pacientes de 26 países a los que se había resecado un cáncer de pulmón con cirugía. Los análisis de sus tumores habían revelado que tenían mutado el gen de la proteína EGFR. Dos tercios de los participantes en el estudio nunca habían fumado. Habían sido diagnosticados en un momento en que el cáncer estaba localizado en el pulmón y aún se podía resecar, lo que ocurre aproximadamente en un tercio de los casos de la enfermedad en España, pero tenían un riesgo alto de reaparición del cáncer.

Después de la cirugía la mitad de los participantes recibió osimertinib, un fármaco que inhibe la proteína EGFR, y la otra mitad recibió un placebo. Algunos de ellos, además, habían recibido quimioterapia, tanto entre los tratados con osimertinib como entre los que no.

Los primeros resultados del estudio presentados en el 2020 indicaron que el tratamiento con osertimib reducía a una sexta parte el riesgo de recidiva en los tres primeros años. Pero quedaba la duda de si este beneficio se mantendría con un seguimiento a más largo plazo y si se traduciría en una reducción de la mortalidad.

Los resultados de supervivencia presentados en el congreso de Chicago indican que, tras cinco años de seguimiento, han muerto un 22% de los participantes que recibieron placebo y un 12% de los tratados con osimertinib. Los efectos secundarios ligados al osimertinib fueron en su mayoría leves o moderados, aunque un 13% de los pacientes abandonó el tratamiento antes de completar el estudio debido a su toxicidad.

Nunca antes se había logrado un aumento de supervivencia de esta magnitud en tumores pulmonares

“Nunca habíamos visto una mejora de supervivencia de esta magnitud en el campo del cáncer de pulmón”, declara Margarita Majem. “Estos resultados van a cambiar nuestra manera de tratar a estos pacientes”. Dado que el osimertinib ya está aprobado en Europa y disponible en España, los pacientes podrán beneficiarse de esta mejora en el tratamiento de manera inmediata.

De cara al futuro, la mejora en la detección precoz del cáncer de pulmón comportará que una proporción más alta de casos se diagnostique cuando el tumor aún se puede resecar y sean candidatos a ser tratados con osimertinib.